sábado, 10 de septiembre de 2011

Fluye.

La vida fluye como tinta.
Mientras tu sigues tu rutina otra gente se cruza ante ti y te rodea, a veces intuyes olores que simplemente antes no te habrías parado a localizar y empiezas a darle importancia a los balcones de algunos edificios, a ciertas flores, a esquinas de calles que sólo ahora parecen esconderte miles de encantos. A veces mientras tu haces y deshaces tu trayecto, tus planes y tus principios, miles de sensaciones se cruzan ante ti,  sensaciones que sólo consigues percibir cuando estás realmente preparado.


Por eso, un dia te cruzas con una melodía y sientes como si ya la conocieras. Tal vez ya la habías oído antes, pero solamente ahora estas realmente dispuesto a escucharla: preparado para entenderla y darle realmente la importancia que se merece. Entonces esa canción, ese rincón o ese olor empiezan a formar parte de ti y de tu trayecto.




Y entonces simplemente ocurrre.
Lo reconoces todo en esa persona, en ese sitio o en esa canción y empiezas a plantearte cosas, cosas que antes no hubieras sido capaz de imaginar, porque aquél sitio, persona o canción han sido el detonante, la contraseña de hacer que simplemente todo en ti fluyera.
Como la vida y como la tinta.




Nunca hay que perder detalle de nada, porque jamás perdonaremos que cruce ante nosotros la mayor de nuestras oportunidades sin darnos cuenta.

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