domingo, 13 de febrero de 2011

O todo o nada.

O todo o nada, un mundo que despierta o una luz que se apaga. La mirada del vencido que soñaba, el horizonte que se confunde y el camino que huye de la palabra. El viento se lleva consigo el aliento y el silencio quiebra la voz. La inseguridad es el tablero y el miedo la cárcel del corazón. O todo o nada, la noche que se esconde o el sol de madrugada. El tiempo que pasa y el siempre que termina; la esperanza y esos ojos que traen el mundo en su pupila. O todo o nada, la huella que deja el que vive o la suerte que alimenta al ignorante. El cobarde que calla y la verdad que se esconde en el infiel. O todo o nada, la vida o la prisión, el fuego del gatillo y la sangre del perdedor. El final que es el inicio, la envidia y su perdición. O todo o nada, el destino que arrebata y el tiempo que envejece, la palabra estúpida y la mentalidad que crece. El recorrido y el porqué que jamás se llega a entender. Todo el aire de mis pulmones por el segundo que se extingue, que no se podrá retener. O todo o nada, ahora o nunca, el instante es el placer, la sonrisa el disfraz del traidor y el anhelo los hilos que mueven la marioneta. Tu frontera son los barrotes que te encierran, el pensamiento que se escapa de su celda. ¿Y tú?
Tú, el presente que se consume y el pasado que te ata.
Mente y alma, o todo o nada.

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