+ Cada uno es la dirección que toman sus pensamientos.
La base de la libertad es que cada uno pueda conducir cómo y hacia dónde quiera, siempre que no abolle los vehículos de los demás.
La libertad parte de la fe y la confianza absoluta en la capacidad de pensar, planear y hacer del individuo, sin otra limitación que la ética del respeto hacia los demás. [...] En una concepción de vida presidida por la libertad de elegir, la responsabilidad de todos nuestros actos sólo recae en nosotros mismos. Las excusas y aguas tibias de los fracasos propios atribuidos a otros pueden ser cataplasmas para no mortificarse, pero jamás espejismos para justificarse.
Con los lógicos riesgos, incógnitas y dificultades que acompañan a todo nuevo camino, la libertad significa poder votar para elegir el destino, la ruta, las etapas y el estilo.
La libertad potencia al individuo porque, por principio, se fía y confía en él. A cambio, los posibles beneficios - y también, por supuesto, los posibles fracasos- serán esencialmente suyos.
La dirección que elijamos será la ruta de nuestra vida. Como siempre, el azar y la tradición pueden llegar a formar parte de nuestra elección. [...] La decisión de orientar la vida es demasiado importante para dejar que la conduzcan vientos que no sean los propios y timones que se escapen de nuestras manos.
Pero por encima de todo lo que debe determinar la decisión final debe ser la ilusión.
No podemos casarnos con una actividad concreta si no sentimos en nuestras entrañas celebrales una potente y responsable ilusión por ser, conseguir y triunfar. La ilusión es el combustible de la pasión profesional. Nuestra vida posiblemente caminará, peró jamás sabremos lo que es pegar grandes brincos ni dar sorprendentes saltos.
PD: - Per tu, perquè aconsegueixis tot el que et proposes i no perdis mai l'il·lusió, perquè si en tens, res ni ningú podrà amb tu.
Amb il·lusió!
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