Terminar el sábado en cambrils con el concierto de la pegatina, meterse en el coche y no salir de ahí hasta madrid. Desayunar en callo con legañas e ir de tiendas! Toledo, Aranjuez, volver a la Granvía, Puerta del Sol, xurros con chocolate en San Gines y hacía Valencia, y allí, piscina, crema solar, fanta de limón y brownies de chocolate. Es hora de volver a casa.
Hoy, para un argentino valiente con talento.
Juan, abogado, socorrista, músico y un chico de interesante conversación. Me ha encantado conocerte.
domingo, 28 de agosto de 2011
viernes, 26 de agosto de 2011
sábado, 20 de agosto de 2011
Luz de farola tras las persianas.
Aunque me de algo de PEREZA, me voy a MADRID!
Y que gusto da estar e-na-morado y pasear contigo del brazo.
Traigo rosas rojas para ti, eres mi rincón favorito de Madrid!
Y que gusto da estar e-na-morado y pasear contigo del brazo.
Traigo rosas rojas para ti, eres mi rincón favorito de Madrid!
Principio 88
+ ¿Sólo tienes objetivos? Aquello en lo que desees TRIUNFAR conviértelo en tu PASIÓN.
Una importante evidencia de estar mentalmente vivo es el deseo de convertir en realidad determinados objetivos. Desde cumplir un presupuesto de ventas o proyectar un viaje hasta enseñar a un loro a repetir cuatro sandeces, la lista de deseos, además de personal e intransferible, bordea lo infinito.
Pero no nos confundamos: tener objetivos es una vulgaridad necesaria para el mantenimiento y la subsistencia cotidianos.
Un objetivo es una conveniencia pasajera. Una pasión es el fundamento de nuestra existencia, aquello que nos sostiene y sobre lo que nos construimos.
Objetivo es hacer deporte. Pasión es ser campeón.
Objetivo es ser bueno. Pasión es ser el mejor.
Objetivo es imitar. Pasión es crear.
Objetivo es tener amistades. Pasión es amar.
Objetivo es hacer. Pasión es liderar.
A un objetivo se le asignan preferencias: en la gestión del tiempo, la absorción de conocimientos y el despliegue de habilidades y control de avances, parálisis o retrocesos que acompañan a toda consecución.
A una pasión se le transfiere obsesión, que significa todo lo acabado de describir pero llevado al límite de nuestra humanidad, allí donde somos conscientes de que no podemos hacer más.
Un objetivo se siente en la piel. La pasión penetra e invade el alma, que es como, desde la ignorancia envuelta en poesía, llamamos a la parte más sublime de nuestro cerebro.
¿Cómo se sirve a una pasión?
Teniendo constantemente orientados nuestros cinco sentidos-antena (vista, oído, olfato, gusto y tacto), más la sexta antena liberada (esa que llamamos "la intuición"), a captar cualquier vibración que, por mínima que sea, entendamos que nos puede servir.
Una pasión es una obsesión que acompaña desde que uno se levanta hasta que se va a dormir. Pero en el sueño tampoco hay descanso ni demora, porque la pasión exige libreta y bolígrafo en la mesita de noche.
Vivir para hacer posible una pasión nos pide estar rodeados de apuntes, notas, referencias... porque si la carne es débil, el cerebro, en su faceta "archivo", a veces es olvidadizo.
Para acabar, condición indispensable para concretar una pasión es es tratar de sintetizarla en las mínimas palabras. Si pueden ser dos, que no sean tres. Y si son tres. habrá que exprimir el cerebro para que no sean cuatro.
Cada nueva palabra posibilita un maldito freno, una limitación o una diferente interpretación.
Un objetivo puede ser elástico y dúctil. Y a veces conviene que lo sea.
La pasión es hermética e innegociable. Y cuando deja de serlo, se transforma en una conveniencia.
¿Hasta dónde hay que llegar?
Cada uno tiene su propia respuesta.
Definitivamente única. Definitivamente intransferible.
Joaquín LORENTE
Una importante evidencia de estar mentalmente vivo es el deseo de convertir en realidad determinados objetivos. Desde cumplir un presupuesto de ventas o proyectar un viaje hasta enseñar a un loro a repetir cuatro sandeces, la lista de deseos, además de personal e intransferible, bordea lo infinito.
Pero no nos confundamos: tener objetivos es una vulgaridad necesaria para el mantenimiento y la subsistencia cotidianos.
Un objetivo es una conveniencia pasajera. Una pasión es el fundamento de nuestra existencia, aquello que nos sostiene y sobre lo que nos construimos.
Objetivo es hacer deporte. Pasión es ser campeón.
Objetivo es ser bueno. Pasión es ser el mejor.
Objetivo es imitar. Pasión es crear.
Objetivo es tener amistades. Pasión es amar.
Objetivo es hacer. Pasión es liderar.
A un objetivo se le asignan preferencias: en la gestión del tiempo, la absorción de conocimientos y el despliegue de habilidades y control de avances, parálisis o retrocesos que acompañan a toda consecución.
A una pasión se le transfiere obsesión, que significa todo lo acabado de describir pero llevado al límite de nuestra humanidad, allí donde somos conscientes de que no podemos hacer más.
Un objetivo se siente en la piel. La pasión penetra e invade el alma, que es como, desde la ignorancia envuelta en poesía, llamamos a la parte más sublime de nuestro cerebro.
¿Cómo se sirve a una pasión?
Teniendo constantemente orientados nuestros cinco sentidos-antena (vista, oído, olfato, gusto y tacto), más la sexta antena liberada (esa que llamamos "la intuición"), a captar cualquier vibración que, por mínima que sea, entendamos que nos puede servir.
Una pasión es una obsesión que acompaña desde que uno se levanta hasta que se va a dormir. Pero en el sueño tampoco hay descanso ni demora, porque la pasión exige libreta y bolígrafo en la mesita de noche.
Vivir para hacer posible una pasión nos pide estar rodeados de apuntes, notas, referencias... porque si la carne es débil, el cerebro, en su faceta "archivo", a veces es olvidadizo.
Para acabar, condición indispensable para concretar una pasión es es tratar de sintetizarla en las mínimas palabras. Si pueden ser dos, que no sean tres. Y si son tres. habrá que exprimir el cerebro para que no sean cuatro.
Cada nueva palabra posibilita un maldito freno, una limitación o una diferente interpretación.
Un objetivo puede ser elástico y dúctil. Y a veces conviene que lo sea.
La pasión es hermética e innegociable. Y cuando deja de serlo, se transforma en una conveniencia.
¿Hasta dónde hay que llegar?
Cada uno tiene su propia respuesta.
Definitivamente única. Definitivamente intransferible.
Joaquín LORENTE
Manel a Martorell. 16 d'Agost
Tinc un noi que em porta de concert de sorpresa, i que m'abraça i em diu que a vegades sota tot pronòstic una gran bestiesa capgira allò que crèiem lògic, tot fent evident, que per un moment, ens en sortim.
PD. Em pica l'orella!
PD. Em pica l'orella!
La Bola de Cristall V
La tarda a la feina se’m va fer eterna, la gent passava davant meu demanant-me que els vengués un futur ple de coses, algun lloc que els canviés la vida. Sentia la porta oberta i la gent mirant-nos des de fora el carrer, sonava el telèfon i no l’agafava mai a temps. Altres vegades quan em passava això comptava el temps que em quedava per arribar a casa i preparar alguna cosa per sopar amb el Manel, però ara semblava que res al món fos realment meu.
Des de l’accident, pràcticament no havia vist el Manel i això em preocupava.
Les següents setmanes tot va seguir com fins aleshores. El Manel se n’anava més aviat i sovint tornava quan jo ja dormia, pràcticament no parlàvem, no menjàvem junts... Tot havia canviat tant i justament quan més el necessitava.
Què ens estava passant? Recordava encara els dies que ens quedàvem fins tard desperts parlant per telèfon, quan em venia a buscar a la feina amb qualsevol excusa, quan ens ho prometíem tot. Prometíem trucar-nos cada nit passés el que passés, comprar-nos un pis quan tinguéssim diners i cuinar cada divendres truita de patates (la que s’estimava més).
Ens prometíem despertar-nos cada dia escoltant música, tot i que després quan em llevava amb un Highway to Hell el bombardejava amb coixins fins que baixava el volum. Ens prometíem gastar-nos bromes permanentment i fer-nos regals de tant en tant. Però ara, què quedava de tot això? Què n’havia sigut d’aquella vida que havíem de viure junts?
Aquell divendres de maig, el Manel va plegar abans de la feina i em va trucar: - Què et sembla si et passo a recollir i anem al cine?- Havia estat vivint durant aquelles últimes setmanes amb ell, i en canvi, em semblava tan estrany. Era com anar-me’n a dormir amb un desconegut. Vaig pujar al seu cotxe i vam fer tot el camí sense parlar fins entrar a la sala del cinema on també vam estar en silenci.
No recordo la pel·lícula que vam veure i tampoc recordo que em m’observés de reüll mentre la miràvem. Ens vam discutir mentre caminàvem fins al cotxe.
- No sé què et passa de cop, Mar, no sé de quina vida em parles.
- De la que se’ns escapa a cada moment.
* * *
Un segon abans de l’ impacte vaig ser a temps de girar la vista i dirigir una mirada al Manel. Ell sempre havia cregut amb mi, a vegades trobava els fulls arrugats de dibuixos que jo llençava a la paperera a les seves carpetes. Potser hauria d’haver-li fet cas, potser podria tornar enrere, seguir pintant.
El Manel em va mirar també, i per un moment, semblava que somreia. Ell no era arquitecte, ni duia ulleres de pasta, no em prometia una vida plena, ni una casa gran, ni una boda inesperada. Ell no creia amb el matrimoni, ni guanyava suficient com per comprar-se un xalet amb piscina: ell em feia feliç amb detalls, amb magdalenes de xocolata per esmorzar i retalls de les seves fotos al llit.
Potser no hauríem pogut fer tot el que ens prometíem, però això no significava que ho haguéssim perdut tot. Encara ens teníem l’un a l’altre.
La vida que ens hem perdut, simplement no existeix.
* * *
lunes, 8 de agosto de 2011
Pero París jamás me dejó ir.
La calle se volvió un laberinto interminable de recuerdos, cada esquina y cada callejón, cada azulejo en el suelo, cada acera. Los semáforos que alertaban mi presencia me pausaban, a mí y a mi insensatez, porque sólo deseaba correr, correr para ir olvidando todo en cuanto dejaba a mi paso. Todos los rostros, todos los sueños de quienes cruzaban una mirada conmigo como si realmente comprendieran mi locura.
Porque daba y daba la espalda al destino.
De repente me fingía a mí misma y a todo lo me había pertenecido, así, de golpe, el viento se llevaba con él mis recuerdos y yo me quedaba sin memoria. Como las olas que se alejan de la costa a pesar de saber que volverán a ser arrastradas a la orilla, huía de mi misma, de esas calles y esos paseos, de esas noches y de esa ciudad.
Pero París jamás me dejó ir.
viernes, 5 de agosto de 2011
Principio 109
+ Cuando vueles, ten siempre una pista de aterrizaje al alcance.
El poder hace que quien lo ejerce viva su Divina Comedia... hasta que un día cae el telón y el protagonista regresa allí donde todo nace, crece y se desarrolla... al rasante suelo.
La diaria orgía informativa mundial, la presión de la empresa constantemente en la cuerda floja entre el triunfo y el descalabro; la vida intensamente intercomunicada y los inter-amigos inter-invisibles, hacen que algunos lleguen a creer que la vida sólo existe en Nueva York, Londres, Shanghái, los gobiernos, las sedes de las multinacionales y el despacho del director, mientras otros, aislados de tanta vorágine, quieren creer que el mundo empieza y acaba en los metros cuadrados de su habitación.
Cada uno a su manera, un poco loquitos todos nos volvimos.
Perder el origen es perder nuestra originalidad, la esencia de la savia que produce el anclaje en la rasante realidad de nuestro inicio y nuestro fin.
Olvidamos la tierra.
A algunos la vida les lleva a volar sin detenerse demasiado. Cuando eso ocurre, sabio es tener presente que al final de todos los finales la gran pista de aterrizaje será nuestro pequeño huerto, allí donde nuestras neuronas echaron sus raícer y desplegaron su fuerza, su habilidad su saber y su ser.
Para la inmensa mayoría de los ciudadanos el 90 por ciento de las cosas pasan a ras de suelo y se mueven en espacios delimitados por y para la vida cotidiana.
En lo mínimo imperecedero siempre está el germen de la sabiduría. Todo lo demás son tentáculos de experiencias que, igual que se expanden, se contraen.
La ciencia desarrolla la técnica. La sabiduría, el humanismo.
La ciencia acosa el resultado. El humanismo persigue el bien.
En mi larga vida profesional conocí a algunos excelentes ejecutivos, asesinados en su magnífica madurez por otros ejecutivos más jóvenes que a su vez eran asesinados por otros cuya máxima aspiración era hacerse con el poder. Es el repetitivo ciclo del "asesinato empresarial", un hecho reciente que deja en bragas las mejores novelas de Agatha Christie.
Nos olvidamos de la tierra.
La sabiduría siempre parte de una semilla, que a veces se transforma en inmenso bosque.
Vuela hasta donde tu serena fuerza alcance, pero jamás dejes de ser un aterrizado campesino de la vida.
Joaquín LORENTE.
El poder hace que quien lo ejerce viva su Divina Comedia... hasta que un día cae el telón y el protagonista regresa allí donde todo nace, crece y se desarrolla... al rasante suelo.
La diaria orgía informativa mundial, la presión de la empresa constantemente en la cuerda floja entre el triunfo y el descalabro; la vida intensamente intercomunicada y los inter-amigos inter-invisibles, hacen que algunos lleguen a creer que la vida sólo existe en Nueva York, Londres, Shanghái, los gobiernos, las sedes de las multinacionales y el despacho del director, mientras otros, aislados de tanta vorágine, quieren creer que el mundo empieza y acaba en los metros cuadrados de su habitación.
Cada uno a su manera, un poco loquitos todos nos volvimos.
Perder el origen es perder nuestra originalidad, la esencia de la savia que produce el anclaje en la rasante realidad de nuestro inicio y nuestro fin.
Olvidamos la tierra.
A algunos la vida les lleva a volar sin detenerse demasiado. Cuando eso ocurre, sabio es tener presente que al final de todos los finales la gran pista de aterrizaje será nuestro pequeño huerto, allí donde nuestras neuronas echaron sus raícer y desplegaron su fuerza, su habilidad su saber y su ser.
Para la inmensa mayoría de los ciudadanos el 90 por ciento de las cosas pasan a ras de suelo y se mueven en espacios delimitados por y para la vida cotidiana.
En lo mínimo imperecedero siempre está el germen de la sabiduría. Todo lo demás son tentáculos de experiencias que, igual que se expanden, se contraen.
La ciencia desarrolla la técnica. La sabiduría, el humanismo.
La ciencia acosa el resultado. El humanismo persigue el bien.
En mi larga vida profesional conocí a algunos excelentes ejecutivos, asesinados en su magnífica madurez por otros ejecutivos más jóvenes que a su vez eran asesinados por otros cuya máxima aspiración era hacerse con el poder. Es el repetitivo ciclo del "asesinato empresarial", un hecho reciente que deja en bragas las mejores novelas de Agatha Christie.
Nos olvidamos de la tierra.
La sabiduría siempre parte de una semilla, que a veces se transforma en inmenso bosque.
Vuela hasta donde tu serena fuerza alcance, pero jamás dejes de ser un aterrizado campesino de la vida.
Joaquín LORENTE.
Els Catarres a Montbrió
El passat divendres 29 de Juliol vam anar a veure als catarres a la carpa de Montbrió.
Va ser un gran directe guapos! Perquè sou moooolt més que la Jennifer;)
Va ser un gran directe guapos! Perquè sou moooolt més que la Jennifer;)
El món als nostres peus, ens menjarem la nit!
La Tendresa ets tu
La Tendresa ets tu, que em dius quan me'n vaig a treballar: "Vés amb compte, sigues prudent".
Sigués prudent, perquè no seré físicament allà, al teu costat, amb tu, un bocí de mi mateix que s'allunya. Però hi seré en el "sigues prudent", com un eco. Això vol dir que si t'arribés a passar alguna cosa ho passaria molt malament. No, no et vigilo, vetllo per tu perquè t'estimo.
La Tendresa ets tu, quan em compres croissants el diumenge dematí, perquè saps que m'agraden, i has de sortir prest i discretament per no despertar-me i poder donar-me una sorpresa. Ets tu quan refredes el meu plat de sopa perquè és massa calent. "Així no et cremaràs".
La teva Tendresa és la que em va tapar amb la manta l'altra nit perquè sabies que tenia fred.
Mario MERCIER.
Sigués prudent, perquè no seré físicament allà, al teu costat, amb tu, un bocí de mi mateix que s'allunya. Però hi seré en el "sigues prudent", com un eco. Això vol dir que si t'arribés a passar alguna cosa ho passaria molt malament. No, no et vigilo, vetllo per tu perquè t'estimo.
La Tendresa ets tu, quan em compres croissants el diumenge dematí, perquè saps que m'agraden, i has de sortir prest i discretament per no despertar-me i poder donar-me una sorpresa. Ets tu quan refredes el meu plat de sopa perquè és massa calent. "Així no et cremaràs".
La teva Tendresa és la que em va tapar amb la manta l'altra nit perquè sabies que tenia fred.
Mario MERCIER.
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