Jamás imaginé que este presente que vivo fuera el futuro que me esperaba. Porque nunca seré otra cosa que lo que haga por mí misma ahora.
La vida me había regalado inspiración para crear e inventar. Admiraba el mundo, el cielo y todos sus dioses, hasta que la tormenta arrastró la esperanza. Sentí que dejaba algo a mi paso, que olvidaba detalles, que la música se extendía en mí. Pero el miedo que teje el sendero no impedirá el paso si es firme, porque a menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
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