La vida es corta y somos débiles, somos como hormigas trabajando para llenarnos la nevera, riéndonos de cualquier tontería para aparentar felicidad, aparentar que tenemos todo lo que necesitamos y que estamos bien. Pero realmente nunca estamos bien: siempre queremos lo que no tenemos. Nos empeñamos en buscar el ideal, pero nadie es perfecto. Le tenemos miedo al compromiso, tememos al amor y a necesitar al otro demasiado. Tenemos miedo al rechazo, al dar sin recibir, tenemos miedo a acabar solos: por eso nos pasamos la vida buscando algún lugar al que pertenecer.
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